¿Es ella más que yo?


Es lo que se preguntan muchas al toparse con la imagen de una mujer espectacular en las páginas de una revista. Yo rara vez me dejo intimidar por esa supuesta perfección. Tras años de trabajo en publicaciones de moda y belleza, conozco perfectamente los largos procesos de estilismo a los que se someten las modelos y cuánto se retoca una foto antes de publicarla.
Sin embargo, tenía que ser en un día como hoy, en el que me siento vieja y achacosa, resignada a que nunca volveré a lucir como cuando tenía veintitantos, que me encontrara con esta nota.
Ya, ya. Es una superestrella y no sólo dedica varias horas diarias a entrenar en el gimnasio, seguramente también tiene un cheff personal que viaja con ella a todos lados. Tiene acceso a los mejores asesores y productos de belleza, y es muy probable que varias veces se haya dado una "ayudadita" quirúrgica. Eso no quita que tiene mucho mérito que una mujer de esa edad y que tuvo dos embarazos luzca así. A pesar de todas las facilidades antes mencionadas, lo que sí hay que admirarle es la constancia y la fuerza de voluntad, que con eso nadie pudo haberla ayudado. Y lo digo yo, que no me he decidido a pintarme el mechón de canas para no ser esclava del tinte y que rara vez me acuerdo de ponerme la crema anti-arrugas...

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3 comentarios:

El horrible gato negro dijo...

jajaja... yo creo que es un buen tema, pero me parece que la pregunta puede ser más escalofriante cuando la "otra" en cuestión es alguien menos perfecto y más cercano que una foto de revista. ¿A quién me refiero? a la asistente, secretaria, jefa, amiga del marido o amiga nuestra, que aunque no es perfecta, no tiene toda la carga de una mujer que está cuidando un niño chiquito con manchas de paño en la cara, los senos en el piso, y que su lujo es comprar cacle "24 horas" de enfermera de adultos mayores....

Dada dijo...

Bueno pero yo creo que no vale la pena desgastarse preocupándose por eso, porque la verdad, el cuerno se lo ponen hasta a la más guapa y más famosa y sin hijos, ¿recuerdan el caso Hugh Grant-Divine Brown-Liz Hurley? A mí en ese entonces me quedó claro que la infidelidad no tiene nada que ver con cómo se ve una!

Jess dijo...

Yo pienso que... claro, no quisiera verme como Madonna cuando tenga 50, quisiera verme como Madonna ya! a mis 32! Sin embargo, creo que hemos dejado de apreciar la belleza de envejecer. Ustedes preguntarán ¿Pero cuaaaaaaaaaal? E ahí el chiste, ¡descubrirla y apreciarla!