Los primeros 10 días


Mucha gente sugirió que seguramente me iría de compras de pánico antes de empezar. Que trataría de abastecerme con lo que considerara necesario para lograr la abstinencia de un año. La verdad es que la "trampa" no iba por ahí. Si algo he aprendido en mi carrera de compradora experta es que pretender obtener un gran guardarropa en una sola oportunidad, jamás igualará la exquisita selección que una puede llegar a tener al andar de scouting por las tiendas todo el tiempo. Así que eso ni siquiera lo intenté. Sólo fui a comprar una última prenda para usar el día de mi cumpleaños (y AHÍ es donde está el truco). Decidí empezar precisamente dos días antes de mi onomástico porque sabía que recibiría regalos y que esa sería mi provisión para tomar fuerzas. Además podré volver a estrenar en mi próximo aniversario de nacimiento. Total que me obsequiaron un vestido divino, una blusa preciosa, una pijama coquetísima, unos hermosos lentes de sol y unas espectaculares gafas. Esas son mis armas para enfrentar los doce meses que tengo por delante. Por ello aún no siento ninguna ansiedad por consumir artículos de moda, aunque tengo claro que tengo que mantenerme lejos de las tiendas. Revisar mi guardarropa es otra tarea pendiente, pero la más importante es bajar esos kilitos que no me permiten usar atuendos que ya poseo y que me encantan. Sigo reportando.

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Las reglas


1. No compraré ropa hasta el 12 de Septiembre de 2011
2. En el criterio entran también zapatos, accesorios tales como bolsas, cinturones, broches, diademas, mascadas, etc. Es decir, cualquier cosa que me pueda poner o colgar en el cuerpo.
3. Los regalos no entran en la restricción.
4. Me es permitido hacerle arreglos a las prendas que ya tengo.

¿Sugerencias para hacerlo más interesante?

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El reto




El 11 de septiembre de este año (nótese el dramatismo hasta en la elección de la fecha) empecé lo que yo he llamado "EL - las mayúsculas son intencionales- reto de mi vida". En Estados Unidos de Norteamérica es conocida como The Great American Apparel Diet y vi la nota en Twitter. La combinación de palabras me hizo sospechar que se trataba de lo que después confirmaría. En septiembre del año pasado, un grupo de mujeres empezó este desafío que consiste en no comprar ropa durante todo un año. Es decir, ponerse a dieta de compras. Hasta donde sé, las motivaciones son diversas: económicas (para ahorrar), ecológicas (para disminuir su huella de carbono), espirituales (para liberarse de lo material). En mi caso aplican las tres razones (siendo la ecológica la que menos me quita el sueño, aunque aquello de la acumulación de cosas inútiles tiene mucho que ver y eso sí que me aterra), pero sobretodo es una necesidad de demostrar que puedo hacerlo. Sé muy bien que nunca hay que aferrarse a probar nada, pero en verdad esta "manda" que me autoimpuse me resulta imperativa. Últimamente he analizado mis hábitos de consumo y gasto demasiado en mí, lo hago de manera inconsciente (creo que califico como una shopaholic) y (aquí entra la enseñanza budista) no importa cuántas prendas adquiera, nunca serán suficientes. Tengo muchos trapos, hay un porcentaje importante de los mismos que nunca uso y, como dijo mi sabio padre "Un año se pasa muy rápido y qué ponerte no te va a faltar". Las reacciones de la gente a mi alrededor han representado también un empujón importante. "No vas a poder", "¡Qué valiente, yo nunca podría!" y "Eso no tiene ningún mérito" son algunos de los comentarios que me confirman que es algo que vale la pena intentar hasta sus últimas consecuencias. Así que, como puse en Twitter, si me ven muy fodonga en 6 meses, ya saben por qué es. Yo quiero pensar que, lo único que puede pasar es que me vuelva más creativa a la hora de vestir y que, en el peor de los casos, tenga que pedir prestado un vestido para ir a una boda. Pero eso, ya lo veremos...

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