Mi primera vez o Me siento como recién casada



Estoy a punto de cumplir 4 años de vivir en pareja. Tengo un niño de 2 años. No obstante lo anterior, y a pesar de llevar ya 14 meses trabajando desde casa y cuidando a mi hijo 24/7, muchos asuntos domésticos todavía son nuevos y misteriosos para mí.
Creo que esto otra vez tiene mucho que ver con habernos mudado a una casa. Mis usos y costumbres se han distanciado radicalmente de aquellos del año pasado (y no se diga de los anteriores). Llegué a pensar que el 2009 me lo había tomado de manera inconsciente como un impasse voluntario con el pretexto de la mudanza que resultó tardarse más de lo que esperábamos.
Ahora me doy cuenta que no fue mi elección, sino que estaba limitada en muchos aspectos, como que la "estufa" constaba sólo de dos hornillas, y éstas eran eléctricas. No tenía horno de gas, ni tanto espacio para guardar utensilios, entre muchos factores...
Mi nueva cocina me ha abierto un nuevo abanico de posibilidades en cuanto a la preparación de alimentos, y esto me ha llevado a usar artefactos (a los cuales ya dedicaré otro post) nuevos y a buscar más opciones para comprar víveres.
Así es como fui al mercado de Coyoacán "por primera vez". Evidentemente había ido ya en muchas ocasiones en mi vida, acompañando a mi madre o a comprar alguna cháchara, pero nunca a comprar víveres para MI casa.
Me soprendió la habilidad que tienen los vendedores para hacer cuentas, lo moderno de sus básculas, y su naturalidad para halagar constantemente a las marchantas.
Disfruté muchísimo la delicia de tener tantas opciones a la mano, y al mismo tiempo me di cuenta que me falta mucho por aprender. Hasta para comprar en el mercado hay que saber cómo pedir las cosas. Eso es algo que no se estila en el súper. Ahora sé que un kilo de mangos son apenas tres, que frijol hay de varios tipos y que el arroz puede ser "chico" o "grande".
Supongo que cada visita será una nueva sorpresa, hasta que se vuelva algo cotidiano y quizás hasta fastidioso, pero nunca olvidaré mi primera vez...

Read Comments

1 comentario:

deborah dijo...

ir al mercado es de las experiencias más reveladoras que hay para gente que se había limitado gran parte de su vida a comprar en supermercados. es todo un viaje cultural y lleno de aprendizajes: desde a escoger tu fruta hasta no dejar que te cobren más caro que a los expertos.
poder ir al mercado es la onda