Más bonita que ninguna





No es ningún secreto que el interiorismo y el diseño me apasionan, y que en mis limitadas posibilidades he elegido objetos que me encanta usar y admirar. Lo increíble es que la gente que ha visitado la casa ha elogiado un elemento en particular, y no se trata de un mueble, ni de un accesorio, sino de un electrodoméstico. Así como lo leen, mi batidora ha por demás alabada por encima de cualquier otro componente de este hogar.
No digo que no lo entienda. A los que nos gusta la cocina (expertos o amateurs como yo), sabemos que vale la pena invertir en un buen aparato que tenga múltiples funciones, dure muchos años y, de paso, adorne la cocina. Lo que me parece notable es que un artilugio como éste se haya convertido en el objeto de deseo de las señoras de hoy en día (aunque debo acotar que no fueron exclusivamente mujeres quienes ensalzaron dicho aparato) por encima de muchas otras cosas. ¿No se suponía que a las mujeres nunca se les debía regalar cosas para trabajar en el hogar? Pues yo creo que hoy hablo por la mayoría de nosotras cuando digo que, si se trata de instrumentos de este tipo, nos puede gustar mucho más que una bolsa o un par de botas. ¿O no?

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2 comentarios:

Mon dijo...

Me acuerdo pedirte asesoría para comprarme una lámpara de piso hace ya varios años. Recorrí cada una de las tienditas que me recomendaste hasta que conseguí una lámpara que me encantó y que hasta la fecha es la receptora de buenos comentarios por los invitados (como tu batidora). Yo les llamo fetiches funcionales. Gracias!

marco vinicio dijo...

Aunque aún no la tengo, la Kitchen Aid ha sido un objeto de deseo para mi cocina. Lo mismo me pasó con un tostador eléctrico, que sólo por el diseño se lo compré a esos de Tefal (a veces lo escriben T-Fal), y yo ya tenía un hornito eléctrico (de la misma marca) que funciona igual o incluso mejor. Pero la personalidad del tostador va más allá que convertir un pálido pan bimbo (de caja, pues) en unas bronceadas tapas para mi sándwich.