Qué bien se siente...


Cuando alguien te dice que ya te ves más delgada. Que tus sacrificios y esfuerzos se están viendo recompensados en tu linda figurita, la cual últimamente había lucido un poco rolliza. Estos últimos días me lo han comentado, y estoy feliz. Y es que cuando subo de peso, al principio siempre hago como que no pasa nada. De alguna manera mi cabeza me hace pensar que la báscula se desajustó y que no es gran cosa. Porque claro, igual uno o dos kilos no se notan, ¿pero qué tal cuando se vuelven tres o cuatro y nos llevan a considerar cambiar de talla? Peor todavía cuando dejamos que ese estado "temporal" se convierta en el estado natural de nuestro cuerpo. No sé cómo lo vivan otras personas, pero como yo siempre he fluctuado muchísimo entre pesos, cada que logro estar delgada lo vivo como un gran triunfo. Ojalá esta vez ya logre quedarme en un peso aceptable y aprenda a no irme a los extremos. Por lo pronto estoy feliz y no sólo porque se me nota y lo compruebo en mi ropa, sino también porque me siento mejor, con mucha más energía. Ya sólo falta una semana para volver a ir con la nutrióloga...

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1 comentario:

Rodrigo dijo...

Muy bien, felicidades! Estás en el camino!