Mientras no sueñe con quesadillas gigantes...


Una vez empecé una dieta con una amiga del trabajo. Habíamos estado sufriendo un poco esa nueva disciplina de cuidar lo que comíamos, pero lo estábamos haciendo bien. Un día llegó mi compañera y me dijo: "Necesito romper el tratamiento, ayer tuve el sueño más terrorífico de mi vida". Yo no entendía a qué se refería. Sabía que comer demasiado antes de dormir provoca una digestión lenta que tiene como resultado tener pesadillas. Pero, ¿tenerlas por no comer? Fue entonces que me contó su sueño. Era una escena que se repetía sin parar, ella mordiendo una quesadilla gigante. Lo curioso es de dónde sacó su subconsciente esa imagen. Como laborábamos en una editorial, había portadas de algunas de las publicaciones impresas en grande, a 2 metros de altura. Y justo frente a nosotras estaba la de una revista de cocina, presentando, por supuesto, unas deliciosas (al menos en apariencia) quesadillas fritas, que por su tamaño y ubicación se metieron fácilmente y de manera subliminal en la cabeza de esta chica como una figuración onírica aterradora.
Yo nunca he tenido un sueño tan gracioso a causa de un régimen alimenticio, aunque sí me pasó una vez que hacía una dieta hiperprotéica que soñé que comía pasteles y galletas, ante la ansiedad por el azúcar.
Esta vez creo que voy muy bien, ya llevo casi una semana siguiendo el plan al pie de la letra y no resiento las limitaciones a la hora de comer. Más bien me he dado cuenta que lo que tengo que reprimir es el impulso de andar "picando" todo lo que se me pone enfrete (y la colación de nueces ayuda).Sigo reportando...

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