Mi otro hijo.



Nunca les he contado, pero tengo otro hijo. De hecho fue el primero. Con él me entrené en la responsabilidad de cuidar a un ser vivo. Por él lloré tres días seguidos una vez que se perdió. Con él corrí al doctor (veterinario) cuando se enfermaba. Por él, mi departamento de soltera se convirtió en un hogar al que tenía que regresar, pues había un ser vivo que esperaba mi llegada (y claro, que le diera de comer). Se llama Mio, y gracias a él conozco la fascinante vida gatuna. Pero un día (y para su mala suerte) tuve un bebé, y de ser el consentido, pasó a ser el juguete de mi niño. Al final, me parece que no le disgusta nada que alguien le haya puesto atención otra vez desde que lo desplazaron de su trono de "rey de la casa".
Una mascota es un elemento importante en la vida de una persona. Como bien dicen aquí, no sólo es un animal de compañía; también es un amuleto de buena suerte. Esto se puede ver de muchas maneras, pero me parece que básicamente se refiere a lo sano que puede ser el desarrollo emocional que uno logra al llevar una relación con un animal doméstico. Inclusive existen terapias curativas que están basadas en el efecto positivo de ese tipo de vínculo afectivo. He de confesar que antes de Mio tuve mascotas con las que nunca logré tal rapport. Quizás sea un asunto de "química", como la que se da entre humanos. También dicen que los gatos escogen a su dueño. A lo mejor eso pasó, que para los animales anteriores no estaba yo en su destino como dueña. Sea por la razón que fuere, este gato sí que me hizo entender el idilio que tantas personas tienen con sus mascotas. Y ahora, como un miembro más de la familia que ya somos, también trae consigo problemas que hay que resolver, como que un gato callejero anda invadiendo sus territorios. Un round más que ganar en el mundo de batallas domésticas que libro día a día. Pero, si no estuviera la vida llena de estos "problemas", qué fácil y aburrido sería todo, ¿no?

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3 comentarios:

Mariale dijo...

Me has hecho llorar tanto... Zachary se fue hace casi cinco años y todavía lo extraño. Nunca nadie me ha hecho tan feliz... Despertar a diario con su cuerpecito tibio en mi pecho, su cara tan cerca de la mía y su ronroneo en mi alma además gotitas de amor en mis labios... ¿Podría haber algo más lindo? Todos los días trato de encontrar una razón válida por la cual Rob es alérgico a los gatos. Seguro que hay una, pero no ha llegado el momento de conocerla... ¿Lo único que puedo decir? ¡Que padre que tengas a Mio! ¡Ámalo muchísimo!

Giliane dijo...

Yo he tenido perros y los he querido mucho, los cuido y los procuro, pero NUNCA podré entender la relación de algunas personas con sus mascotas, que las dejan dormir en su cama, las besan en la boca (o donde sea) y que las cuidan más que a sus propios hijos... Yo tengo una hija y no quiero tener una responsabilidad así, por eso me limito a tener a mi pez beta "Domingo" que la hace muy feliz y no da nada de lata :)

Sofía dijo...

Creo mucho en la terapias curativas y los efectos positivos venidos d un vínculo afectivo con una mascota... así era mi relación con mi perro Rex, ya no viv y lo extraño tanto! Soy alérgica A TODO, y aún así he aguantado y aguantaría volver a tener perros y gatos en mi casa.