Disfrutando de las vacaciones



Yo era una madre que solía alucinar las vacaciones escolares, pero hoy desperté dando gracias de que por quinto día consecutivo no he tenido que brincar de la cama a la ducha a las 6,30 a.m. Por supuesto no es una cuestión de "cambio de actitud" y ya. Seis meses después de la mudanza por fin siento que ya estoy más organizada en la casa, y que en este momento tenga un poco menos trabajo que de costumbre ayuda muchísimo; la edad de Quim también tiene que ver, y por supuesto que sean sólo dos semanas las que tenemos por delante hace que se quieran aprovechar hasta el final. Por fin soy una de esas señoras que van por la calle con su bebé en relativo control de la situación. Por primera vez desde que soy madre (y aunque sea por este cortísimo periodo) no tengo que salir apresuradamente por la mañana, ni sufro por tener que trabajar en cualquiera de mis proyectos o en la casa más mientras procuro que se divierta y cuido de su integridad; no tengo necesidad de "encargarlo" con alguien para cumplir con compromisos laborales y tampoco lucho porque se vaya a dormir temprano o porque desayune antes de salir de la casa. Dejo que cada día fluya como tenga que hacerlo mientras realizo todo tipo de actividades en compañía de mi chiquito. Aunque mi espalda es la que más lo resiente, ya comparto con otras madres el gozo al escuchar la última campana de la 1 o 2 de la tarde del último viernes del ciclo escolar. Ahora que estas terminen habrá que esperar hasta diciembre, la buena noticia es que para eso no falta tanto.

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