Tanto que disfrutar, poco tiempo para hacerlo.


Anoche vi la grabación de la entrega de los premios Emmy. De no ser por mi adorado TiVo, me la hubiera perdido. Muchos de los shows nominados no los conocía, no sólo porque no los pasan en nuestro país, sino porque además uno no puede ver TODO lo que hay en la televisión. Pero independientemente de que no soy tan adicta a ninguna serie me di cuenta que, los programas de los que sí soy fanática, hace mucho tiempo que dejé de verlos. De hecho, de no ser por esa maravilloso aparato digital o por los box set en DVD, no conocería ni de la quinta parte de los programas que puedo ver en los ratitos que me quedan libres (y además con la maravillosa ventaja de darle fast forward a los anuncios). Eso me recordó una conversación con amigos el fin de semana, en donde una parte del grupo apoyaba la idea de que la tendencia es a enterarse por 'flashazos' o de una manera superficial de lo que pasa en el mundo (noticias, libros, música, cine, reportajes, blogs, etc.). Otros asegurábamos que siempre hay tiempo de profundizar en lo que a uno le interesa.
Reconozco que yo también he sentido una gran angustia al toparme con referencias a temas de lo que nos gustaría indagar más, que me abruma la cantidad de información disponible en cualquier formato, que siento constantemente rebasada mi capacidad de dedicarles atención, que me afecta el bombardeo de mensajes que llegan por todos lados, pero siempre hay los temas favoritos para los que sí nos hacemos tiempo.Todo es cuestión de buscar momentitos... además ¿no es para eso que existen las herramientas tecnológicas como los podcasts, o los celulares con acceso a internet?

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