Los primeros 10 días


Mucha gente sugirió que seguramente me iría de compras de pánico antes de empezar. Que trataría de abastecerme con lo que considerara necesario para lograr la abstinencia de un año. La verdad es que la "trampa" no iba por ahí. Si algo he aprendido en mi carrera de compradora experta es que pretender obtener un gran guardarropa en una sola oportunidad, jamás igualará la exquisita selección que una puede llegar a tener al andar de scouting por las tiendas todo el tiempo. Así que eso ni siquiera lo intenté. Sólo fui a comprar una última prenda para usar el día de mi cumpleaños (y AHÍ es donde está el truco). Decidí empezar precisamente dos días antes de mi onomástico porque sabía que recibiría regalos y que esa sería mi provisión para tomar fuerzas. Además podré volver a estrenar en mi próximo aniversario de nacimiento. Total que me obsequiaron un vestido divino, una blusa preciosa, una pijama coquetísima, unos hermosos lentes de sol y unas espectaculares gafas. Esas son mis armas para enfrentar los doce meses que tengo por delante. Por ello aún no siento ninguna ansiedad por consumir artículos de moda, aunque tengo claro que tengo que mantenerme lejos de las tiendas. Revisar mi guardarropa es otra tarea pendiente, pero la más importante es bajar esos kilitos que no me permiten usar atuendos que ya poseo y que me encantan. Sigo reportando.

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